jueves, 28 de julio de 2011

Intenta mirar el escaparate

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a Cristina.


De pie, apoyada en el saliente de un escaparate, inmóvil. Parpadeó lentamente cambiando el foco de su visión hacia ti, imaginando así tu tacto. Pasaste a su lado e inocentemente respondiste a su mirada. Ella no volvió a parpadear. Llenaba sus ojos con los tuyos, siguió mirándote, incansable. Mientras inspiraba el rastro de tu perfume imaginaba tu sabor en su lengua paralizada, dentro de su jugoso paladar. A tu paso giraba su cuello, como si de una danza secreta y lenta se tratara, y así, ella no te perdía de vista. Dejó de respirar cuando te alejaste por miedo a introducir en su olfato algún olor distinto al tuyo que pudiera alterar el recuerdo de tu perfume.





Y así lo enamoraste sin que lo supieras. Él volvió a pasar cerca y pudiste respirarlo otra vez. No vio el escaparate, porque con tus ojos le comías las pupilas. Antes de que doblara la esquina comprobó que ya no le mirabas. Bajaste la vista para deslizar tu pie fuera del tacón y palpar sus pisadas. Descongelaste el suelo y ardió la suela de su zapato. Él imaginó que lo tocabas, se sonrojó y le humilló que se le erizara la piel.

miércoles, 27 de julio de 2011

Foto y Síntesis.

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Flores sintéticas, con pétalos de plástico y tallo de alambre.
No están muertas porque no tuvieron vida, no están vivas y tampoco nacerán.
Disecadas en el tiempo o descoloridas por el sol.
Incapaces de transmitir sentimientos desde sus colores impresos con tintas industriales.
Desmontables e inflamables.
Raíces metálicas inyectadas en la falsa roca de corcho.
Ásperas y frías, secas e inmortales.


Ahora Ella (con mayúscula, claro) también es inmortal

miércoles, 20 de julio de 2011

No es imposible

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¿Quién puede crear? El hombre no.  Producir algo de la nada está fuera de nuestro alcance, se nos escapa. Y esta es nuestra debilidad, el Santo Grial, la eterna impotencia, el defecto de la felicidad. 

Y ahí es cuando lo imposible se convierte en necesario. Alguna vez alguien pensó que nada era imposible, se lo contó a los demás y, convencidos, se pusieron a crear.

El Arte es necesario.

miércoles, 6 de julio de 2011

Verde o turquesa.

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Grabó en su cabeza la constancia del sonido del mar, palpó en sus labios la calidez de la sal, moldeaba con sus dedos los mechones que brotaban rebeldes en su nuca. Inspiró y llenó su pecho de aquel aire caliente, fresco, dulce y salado que con un suspiro guardó en una caracola. Permitió que las olas le erizaran la piel para que luego el sol dilatara sus poros y caldeara hasta el interior de sus huesos. Se esforzó en que su vista se llenara con los colores que destilaban del crepúsculo, mientras se agarraba con las uñas a la arena. Después cerró los ojos intentando imprimir en su retina los matices que ahora es incapaz de recordar.



Y todavía duda si era verde o turquesa el brillo de la espuma.