martes, 22 de octubre de 2013

Corazón de diminuta ballena.

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Serás tú, que caminas como nadan las sirenas,
porque me empujas con tu risa a la locura.


Serás tú, noble corazón de diminuta ballena,
que ni el alba alegra las noches más oscuras.


Puede que mi odio trate indiferente a los armados,
que los huesos se encajen empujando unos alfileres
o que las flores no quieran brotar más de los laureles.
Pero dudo que tu cielo vete el paso a seres cuadrados.

Así que dime quién.

¿Quién eres tú para caminar como nadan las sirenas
o para empujarme a mí, con tu risa, a la locura?

¿Quién eres tú, noble corazón de diminuta ballena,
para impedir que el alba alegre mis noches oscuras?