sábado, 13 de noviembre de 2010

Germinación: Café y fruta

María coloca los cartones, va a dormir en ese banco. Se tumba, piensa, se tapa, piensa, se acomoda, piensa... piensa... piensa: Duerme.


Cae en el vacío, atraviesa la madera y el metal del banco, atraviesa el suelo. El azul, el verde, el amarillo, el rojo, los violetas, todos los colores desparecen a su vista. Flota en el un espacio indeterminado. No busca los colores, no se siente mal, sólo tranquila, a salvo de la realidad. Recupera su cuerpo, su cara de juventud.  Aquí ella es una diosa, una ninfa, hada,"geisha", musa para artistas, lo qué siempre fue. Aquí no se siente como una puta de camioneros. Libre de las necesidades del cuerpo, deja su mente. Sus hijos vienen a verla, los nueve. Aquí no importa de quién pudieran ser sus hijos, no importa, vienen los hijos vivos, los muertos. La quieren, se ríen, hablan. Lo pasan bien. Ahora María se eleva, su visión hace un fundido en negro y su sueño se desvanece.

-Despierta, María, soy yo.
María abre los ojos, vuelven los colores intentando consolarla sin éxito. Le habla un voluntario, sonriente, que le ha traído café y fruta. María deja ver su sonrisa y agradece con su mirada picarona mientras se seca las lágrimas.

1 comentario:

  1. es preciosooo!!! es el que mas me ha gustado de todos espero que escribas muchos mas pork lo haces bnn me encanta ! xd

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